viernes, 24 de julio de 2009

Para el pueblo lo que es del pueblo: Volkswagen y Porsche

Recuerdo la primera vez que me crucé con un BMW X5, uno de los primeros 4x4 de lujo en salir a la calle; hará de eso 7, 8 años. No sé, algo me produjo una cierta incomodidad que no supe exactamente a qué atribuir, como un cosquilleo en la espina dorsal, de esos que aparecen cuando algo no te cierra/cuadra (es un blog bilingüe).

Supongo que para algunos de los que lean esto lo primero que se les aparecerá en la cabeza es: “cochina envidia”.

Hasta yo lo pensé.

Pero no.

En la medida en que los distintos fabricantes “top”, Audi, Mercedes, Volvo y otros fueron sacando sus modelos equivalentes, esta sensación se fue acentuando.

Pero la cúspide de esa incomodidad/extrañeza se produjo con la aparición del Porsche Cayenne.

Un superdeportivo super4x4 superdelujo
.

Y ahí pude darle contenido a lo que me ocurría: estos mamotretos de lujo representan el “puedo y quiero todo todo todo”.

Y pensé/sentí: “esto es como lo que nos enseñaban en la escuela sobre la decadencia del imperio romano, comer hasta hartarse, vomitar para poder seguir comiendo”.

Y pensé/sentí: “esto es el fin, cuando un sistema genera estas cosas es que su colapso está cerca”.

Cosas que uno piensa/siente esperando –a pie- para cruzar en un semáforo de Madrid, con uno de esos monstruos relucientes delante, con señor y señora igualmente relucientes sentados inside.

“Cochina envidia”, seguirán pensando algunos de ustedes. No los culpo.

La aparición del Cayenne en el 2002 supuso un enorme éxito para Porsche: se transformó inmediatamente en el 70% de su producción y ventas. Pero aún así estamos hablando de un coche del que en estos 7 años se han fabricado 250.000 unidades; en el último año se produjeron 45.000. O sea, poco, minoritario, lo normal para unos coches de estas características.

Y sin embargo, desde hace un par de años que Porsche está a punto de comprar Volkswagen.

Volkswagen produjo el último año 6.200.000 coches, entre los propios VW, Audis, Seats, Skodas y no sé qué más.

100 veces la cantidad de coches que produce Porsche. Y batiendo records de producción, desplazando a Ford al cuarto lugar a nivel mundial.

Pero hasta hace días, seguían discutiendo cómo compraría Porsche a Volkswagen.

Volkswagen significa “coche del pueblo”.

Bueno, no soy tan iluso, sé que la creó Hitler maldito sea, sé que es una multinacional tan cabrona como cualquier otra. Pero entra dentro de la “normalidad” con/contra la que confrontamos. Lo de Porsche dueña de Volkswagen ya estaba fuera de lo (no encuentro la palabra). Pues eso, cosquilleo en la espina dorsal.

Pero va a ser que no. Porsche acaba de reconocer que debe 9000 millones de euros, y que fracasó en su intento de ampliar capital para poder comprar Volkswagen, comió hasta hartarse, vomitó… y los echaron del restaurant.

Así que Volkswagen se queda con Porsche, el pez grande se come al fanfarrón pero pez chico al fin.

Todo como corresponde.

Así que el cosquilleo en le espina dorsal cuando me cruzaba con los Cayenne y sus iguales Q5, Toauregs (por cierto, de VW, jaja) y todos sus primos irá remitiendo.

Los seguiré viendo, pero ya no tan nuevos y relucientes, no tan insultantes en su despilfarro decadente, montones de Madoffs de tracción a las 4 ruedas que –por un tiempo por lo menos- ya no serán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

se extrañaba la pluma (que antigûedad) sensible y justiciera...me gustó mucho (como las del sojanismo) y pienso-siento parecido...me acordé la obligatoria peli "El viaje de Chijiro"...nos vemos en breve....
darío.